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sábado, 12 de enero de 2013

Depresión ? o pérdida de fuerza ...



                                                   
                         


      En el mito de Ulises , hay un pasaje donde se nos muestra cómo las emociones, deseos, ideas en conflicto pueden paralizarnos. Confundirnos durante la realización de un objetivo.
      "Ulises se hace atar al mástil de su barco y pide que le taponen los oídos, para no sucumbir al bello pero hipnótico canto de las sirenas",
                        así, él se aseguraba de no perder su rumbo, y el motivo de su viaje.

      Recordemos que Jung ya nos mostró la "fuerza propia del arquetipo", son ideas cargadas por la fuerza psíquica del hombre a través de los siglos.
     También , que era necesario ser consciente de esta fuerza, pero no identificarse con el arquetipo, aún cuando esa idea nos aporte su fuerza. Podemos materializarla, recrearla, pero no somos "el arquetipo".
     Hoy, sabemos que nosotros mismos somos Ulises, el barco, los ayudantes, las sirenas, el mar , encrespado a veces, y que el rumbo, hemos de elegirlo..

    Cuando el psiquismo se vuelve turbulento , el mar de nuestras emociones se nos representa amenazante y es nuestra propia energía que con corrientes en distintos sentidos , nos agota . Podemos sentir que nuestro "barco" es una "cáscara de nuez" vapuleada por las aguas y la tempestad. Como el estado emotivo ante tantas elecciones que a veces sentimos divergentes en su orientación y ante el mundo, cambiante, con tanta información , demandas y dificultades ,muchas veces económicas , que influyen en las decisiones a tomar.

   Esas "sirenas" son las voces de nuestros propios anhelos, en conflicto a veces con otros aspectos de nuestra realidad que valoramos (el rumbo, por ejemplo) , pueden ser seducciones que vienen de fuera y con las que resonamos.
   Por necesidad de alguna "muleta" vista con "brillo" , como renombre, poder, dinero, o "salvarnos" con un romance o con una elección más "utópica" que "posible" para nosotros en ese  momento.
  La cuestión es que a un "yo" inflado , siempre sigue el desengaño, ser vaciado de la fuerza que daba la "ilusión".
 Con el riesgo de perderse en la niebla... que en términos psicológicos , es el bloqueo que genera  la confusión.
 Cuando esta parálisis o bloqueo se mantiene en el tiempo ,si, puede sobrevenir un estado depresivo.

 Este estado, puede suceder también, cuando una persona asume más responsabilidades de las que estaban en sus manos...tal vez porque pertenecían a otros... en ese caso , el yo se siente exhausto, pero ve claro, no hay confusión,  hay cansancio y puede sentir gran tristeza.
                  Se puede decidir cambiar el rumbo, pero la persona sabe porqué lo cambia.
                  La tristeza habla claro...aún con ese color...  

     La situación mostrada en este pasaje del mito, alude a la confusión y el cansancio que puede ser entendido como "depresión" por quien lo sufre, y no lo es...Las sirenas, confundían a Ulises...lo hipnotizaban...reteniendo su fuerza vital.

    Lo mejor ,en este caso, es no atarse a ninguna "verdad absoluta" , luego podríamos advertir que era un espejismo.
                              Recordemos el aporte de Jung al señalar que :
                          "antes, los dioses estaban fuera", ahora "están dentro".
   Es preciso que veamos qué cosas, ideas, personas, pusimos en un "pedestal" y  para qué.

   Encuentro en ese  "mástil" , un buen símbolo de la  "columna vertebral", del sistema nervioso...qué veo, qué siento, qué puedo, sin perder la estabilidad ya construída, ver las cosas como son...discriminando entre  tantas impresiones subjetivas y confusiones venidas del ambiente.
   Se trata de no perder contacto con el centro, desde allí, ver lo complejo y enrevesado , permitirnos ver la cara de cada "sirena" y , sin temor de perder el "rumbo", volver a lo cotidiano y sencillo, ver lo "evidente".
   Esto es más fácil acostumbrándonos a emplear nuestra imaginación creativa , en estado de relajación.

    Lo que confundimos con depresión muchas veces es una necesidad de interiorizar, siendo más receptivos a aspectos que,  por ser profundos,  no advertimos en lo cotidiano . Escuchar esas distintas voces, e ir estableciendo prioridades.
   Es el "mástil" , nuestro Yo  (físico-emocional-mental) que tira hacia dentro, en la necesidad de no perder el equilibrio, de incorporar lo nuevo , si queremos, pero de forma posible y armónica, esto es, poder llegar a un nuevo punto de equilibrio, desde un plano más enriquecido.
                             No se trata sólo de salud, se trata del viaje de nuestra vida.

 Los ideales del yo, permanecen. Pero es la forma, el cómo , el cuándo , lo que necesitamos organizar ,(contando con los ayudantes ,como Ulises)  manteniendo nuestra estructura sana y flexible.

       Por eso es tan útil  volcar esas "voces" en un papel,  discernir si eran de las "sirenas" o se nos estaba ahogando un hijo, un fruto de elecciones verdaderas...ver cuánto y qué era lo que cantaba, gritaba o lloraba dentro.
    Atender a lo mamífero no crecido (odios, celos, envidias, impotencia, etc,etc,etc..)  sin dejar de escuchar,
pero con discernimiento,  no remar en contra de esas olas, porque en ese caso, viene el desgaste, seguirán "cantando" y robándonos la fuerza .

       Ulises, podría pedir que le taponaran los oídos. Después de todo en aquel momento la humanidad tenía un buen número de dioses de los que dependía...y aún así, también nos mostraron los griegos, que estaban muy lejos, estos dioses, de tener acuerdos entre si... Ese Olimpo de dioses muchas veces terribles ,muestra una realidad que hoy sigue igual, socialmente.
      Nosotros ahora, necesitamos ver ,cuáles son hipnóticas sirenas, o demandas del Yo ( individual -grupal-tribal-social) a las que no queremos ni podemos renunciar.

      El mar turbulento alude a nuestra propia realidad emocional , agitada por percepciones que resultan  conflictivas, por sensaciones...Nuestra realidad es una "unidad" con nuestras impresiones físicas y psíquicas.
   Si un padre o madre por falta de trabajo no sabe qué pondrá a la mesa para comer, siente una amenaza real , vergüenza, rabia , envidia ...Las "tempestades" sociales hacen aflorar esas emociones ...la trama social sucumbe a las "sirenas", y cuánto!
  Sin embargo sólo las "impresiones" y el acuerdo con ellas permite organizarnos , sea individualmente o en  acciones solidarias reales.

      Cada uno ha de ver y elegir cómo quiere (y puede) ser lo que va eligiendo, con qué armas cuenta y que rumbo ha de sostener como "héroe" en su "viaje". Cuál es el precio que está dispuesto a pagar.

     Cuando el "rumbo" vuelve a estar claro, podemos reconocer si son "sirenas" (espejismos), o vientos tempestuosos de la naturaleza , en este caso puede ser útil dejar que el barco sea llevado por los vientos, hasta que el clima nos permita seguir el N de la brújula,  siempre hay alguna orilla más cerca, algún madero... así podemos ver cuáles son los motivos valederos que necesitamos integrar en nuestra experiencia vital y grupal.