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viernes, 21 de marzo de 2014

La herida narcisista...


                                       


       Hay muchas clases diferentes de depresión y muchas modalidades clínicas diferentes para definirla y diagnosticarla. Hay un tipo particular de depresión que tiene que ver con el sentimiento de vacío e irrealidad. No sentimos que existimos, y a no ser que otra gente nos siga recordando que existimos, hay un sentimiento horrible de hundimiento en un hoyo sin fondo. Entonces la vida parece completamente insustancial. Esto se puede relacionar con un Sol no expresado. Si no nos sentimos reales, entonces debemos reflejar nuestra vuelta a la realidad por otras personas.
    Esto puede conducir a muchas distorsiones de la personalidad debido a la dependencia aplastante de la afirmación y el amor de otros.

    Este dinamismo psicológico es denominado narcisismo. Una herida narcisista significa que no hay ningún sentido de un ego independiente. Hay una especie de agujero en el medio, como un Polo de Menta. El único tiempo que los narcisistas se sienten vivos e importantes es cuando alguien más refleja su creencia en ellos como una persona importante, adorable. Si desaparece este refuerzo, caen de nuevo en el agujero. Pero aún más incluso si se rodean por los que están dispuestos a dispensarles este reflejo constantemente positivo, la persona con una herida narcisista realmente no los cree. Tienen la persistente corrosión por dentro de estar
convencidos de que se trata de una falsedad, aunque esto a menudo sea inconsciente. Si la falta de mérito de uno mismo, el vacío, es descubierto, entonces será rechazado. Para asegurar que los otros no descubren esta verdad terrible, que creen sobre ellos mismos, pueden emplear varios métodos manipuladores, algunos
de ellos muy destructivos.

    Todos nosotros padecemos en alguna medida de narcisismo. Es el malestar de la era moderna. Pero unos lo sufren más que otros. Hay un libro que les podría interesar  a todos de Alexander Lowen, llamado: El Narcisismo: La negación del Self  verdadero. Lowen escribe desde una perspectiva más reichiana, que jungiana o freudiana.
    Los que tengáis una inclinación más psicoanalítica quizás no conozcáis este libro, que fue publicado hace ya bastantes años. Lowen sugiere que las enfermedades psicológicas así como físicas son características de la cultura del tiempo en que se originan. En la Viena de Freud al final del siglo XIX, el histerismo era el standar en términos de enfermedad psicológica. Fue el producto de un cierto tipo de supresión de algunos aspectos de la naturaleza humana, y los síntomas reflejaron la cultura y la psicología del Zeitgeist [ espíritu de la época] predominante.
   Las teorías psicológicas de Freud para la histeria eran apropiadas para la época,aunque podrían parecer menos vigentes ahora. Lowen continúa diciendo que, desde la segunda Guerra Mundial, los desórdenes narcisistas han aumentado a tal punto en la sociedad Occidental, que son endémicos ahora.
  Nosotros no podríamos haber encontrado muchos casos de desorden de personalidad narcisista hace cien años.Pero ahora están por todas partes, con mucha necesidad de ser querido, y la imagen parece predominar sobre la sustancia . Lowen presenta varias ideas sobre por qué debe ser esto.

  El narcisismo visto astrológicamente, es una herida solar. En círculos psicoanalíticos esto es visto causalmente, y es atribuido a haber tenido un reflejo insuficiente en la primera infancia. Esto conduce a una carencia en la formación del ego y una inhabilidad de separarse de la madre. El niño está obligado a reflejar a la madre en vez de estar reflejado por ella, y es por consiguiente incapaz de experimentarse a sí mismo como un ser separado. Ciertas configuraciones de la carta de nacimiento pueden sugerir una renuencia inherente para formarse como un individuo. Las mismas configuraciones también pueden reflejar un don innato de sensibilidad - un talento para dar una imagen que entonces puede ser explotado por un padre
necesitado.

   La psicología conductual no reconoce un modelo de personalidad inherente. Estudios genéticos implican que el patrón de personalidad es inherente, aunque no inalterable. La astrología nos presenta un cuadro más holístico. La mezcla química correcta debe ocurrir entre condiciones ambientales y la predisposición interior, y la carta de nacimiento puede darnos la perceptiva de ambos. Las figuras paternales en la carta son tanto objetivas como subjetivas. Pero nunca podemos conocer en la carta como los padres reales han manejado el modelo arquetípico retratado en la carta y el que el niño experimenta interiormente a través del padre y la madre. Algunos padres manejan este modelo muy mal ciertamente.

    En la infancia adquirimos directamente conciencia de nosotros mismos a través de nuestra imagen y su retroalimentación. No nos creemos enteramente reales si nuestra identidad no es reflejada en el fondo por nuestra madre. Si no nos devuelven ningún reflejo de nosotros entonces, nos sentimos imprecisos, titubeamos torpemente sin un sentido cristalino de ser uno cualquiera de la totalidad. Esto usualmente implica el tener a una madre que no le basta al individuo para ofrecerle un espejo suficiente para el niño. Ella misma es psicológicamente infantil y por consiguiente, en lugar de responder al niño, ella quiere que el niño le responda y le provea del sentido de la realidad y de su valor. A veces hablamos de la necesidad de
ser la madre de la madre, que es otro modo de situarse. La madre requiere constante reflejo emocional porque ella esta muy necesitada, entonces el niño no consigue la respuesta de ella que necesita para formarse un sentido de la identidad independiente. Esto es una herida solar que es transmitida de una generación a la siguiente. Estoy segura que ustedes pueden ver por qué esto sucede en las familias.
La madre que no puede reflejar a su niño probablemente no ha recibido a su vez el reflejo de su propia madre.

   Alice Miller escribe desde una perspectiva freudiana. Pero ella y Lowen hablan de la misma cosa.

   Hay un número de patrones astrológicos que pueden apuntar hacia el sentido de la existencia sólo para reflejar a la madre. Pero quiero subrayar que estos modelos no significan que la persona sufra los desordenes de la personalidad narcisista. El ambiente externo es sumamente importante, y sin el tipo correcto ( o incorrecto ) de madre, el patrón puede describir gran sensibilidad para las necesidades de los demás sin sugerir una herida narcisista.

    Los niños con mucho elemento fuego, así como aquellos con un Júpiter fuerte, son naturalmente auto-expresivos y esperan y necesitan a una audiencia. La audiencia paternal en un niño así es quien asigna los dones imaginativos a su niño real para su propia mayor gloria, el niño puede aprender a percibir sus talentos
únicamente como el medio de adquirir amor, más bien que como una fuente de alegría interior y sustento.

   O presentan a la madre de un modo ambivalente, poderoso pero desvalido, a la vez necesitando y
rechazando. También presentan un temperamento inherente que es tanto sumamente imaginativo como profundamente dependiente. Ninguna de estas cualidades es patológica, pero ambos son vulnerables a la explotación inconsciente paternal.

                                                             Extraído de "El significado del sol natal"  , Liz Greene

                                           Imagen: Chica sentada en la puerta del ático. Lucian Freud, 1995




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