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miércoles, 28 de marzo de 2012

La razón y la fé...

          A la comprensión ,siempre llegamos a través de la experiencia con la realidad y llegamos por ambas,
                                                      por la razón y por la fé.
         Entiendo que la investigación del psiquiatra suizo, Jung, dejó para occidente una puerta abierta para
         la comprensión de estos conceptos. El , basó su experiencia con el inconciente en el saber del tibet,
                                           pero definió el concepto de arquetipo.
        Advirtió que éste, el arquetipo, es de  naturaleza psicoide. Pertenece a una dimensión ,la arquetípica, que no podemos considerar material como por ejemplo consideramos la "madera", la "tierra"..sin embargo
                                                 tiene existencia y fuerza propia.
       Señaló también que el mismo ser humano lo carga aún más con su propia fuerza anímica y su energía 
                                        intelectual, al invocarlo , a través de los tiempos.
       También mostró que el hombre no es el arquetipo, son dimensiones distintas, aunque se influyan y eso lo hizo previniendo ,por salud mental, que el hombre no se identificara con el arquetipo, que no creyera que esa fuerza era sólo suya... esa fuerza lo impregna desde su inconciente o su conciencia.
       Pero, qué diríamos de una persona que imbuída por una fuerza espiritual, pregonara ser Dios?

       Según la Biblia, Dios nos hizo a su imagen y en nuestra concepción mental humana, nuestra creación, es el hombre quien va re-creando y haciendo a Dios a su imagen. Por eso con las épocas cambia el espiritu y el modo de percibir lo espiritual.

       Sin embargo, aunque  experimentamos lo trascendente, siempre desde lo subjetivo,  incluyendo al otro, a la naturaleza,  o la misma fuerza de un arquetipo, siempre están tan lejos de nuestro entendimiento, tanto Dios como la Nada.

                                  
                            


       Aprendimos a reconocernos en la creación, estudiamos desde siempre la naturaleza creada. Inventamos a partir de la naturaleza y de nuestra naturaleza. El horizonte de lo inexplicable se ensanchó. Pero nuestra herramienta sigue siendo la razón , basada en lo real y a cada comprensión lo real, se dilata a nuestros ojos.

      Sin embargo es la fé la que anima el ánimo , para sostener las preguntas. La que imbuye el sentido de las mismas, la que sostiene la paciencia ante el caos, la confusión o la falta de respuestas.
      Sin ella, no hubiéramos sostenido ningún sacrificio que la necesidad de conocer fue pidiendo.

      Quién ha sostenido por tiempo una búsqueda en la que no creía encontrar algo?
      Sin embargo, sería un error afirmar como verdad aquello que perseguimos por fé.
      Mientras no podamos explicar, poner palabras, recrear en la experiencia por medios que sirvan a otros ,como mapas posibles, el objeto de la fé sigue siendo la creencia.

       Hoy, la dimensión arquetípica va estando más al alcance de nuestra comprensión, y vivencia, cierto que su materia no es tocable con las manos.
      Y que su misma existencia  aún confunde , más hay que darle cabida, sin identificarse.
      Tendrá que ver con esta fuerza ,aquella verdad del psicoanálisis, de sostener el propio deseo?
       Será que la fuerza del deseo está animada por la fuerza de la fé.
      El concepto de lo sagrado, para cada uno, no es sólo la zanahoria que motiva al burro a seguir andando.

      Podemos decir que no necesitamos de aquello que fue motor en lo que hasta ahora si, nos ha servido?
      Aquello que anima el ánimo para sostener nuestra creación?

     Hoy, ningún Dios pide al hombre el sacrificio de su propia conciencia. Ya sabemos que eso fue control
ejercido por las religiones. Tal vez Nietzche tuvo clara conciencia de un Dios que ha muerto , pero la vida no ha dejado de tener diferentes aspectos sagrados para el hombre cuando quiere enfocar la conciencia de sus propios valores, aquellos que lo animan.


                                                
 
     Se nos muestra tan arrogante y erróneo el pretendido saber en aras de anular las "creencias", como si de niño ignorante se tratara al que cree, como creer en lo superior como si nosotros mismos estuviéramos separados de ello.
    Podemos llamarlo Dios, Naturaleza, Ciencia, Arte, el Otro, Verdad, Amor, Hijos, etc,etc.
    Lo cierto es que hay aspectos que para cada uno van siendo sagrados, y esa es la experiencia que transforma. Que permite arribar a una dimensión de síntesis que no existía antes de esa vivencia.
                                                                       
  Cuando comprendemos una verdad ,esta es, y se experimenta en lo real, luego
                                              la descomponemos por análisis ,
                                              la recomponemos por síntesis.
                          Pero como dirían los alquimistas,  no se hace oro si no se tiene oro..
                   y  no nos molestamos en buscar, si no intuímos que allí vamos a encontrar.                
                                             La intuición va ligada a la fé.

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